Decididamente hay estamentos y estructuras del Estado español que permanecen ancladas en el pasado y que creen estar por encima de cualquier norma, ley y, especialmente, por encima de la ciudadanía. La experiencia histórica de la ciudadanía navarra con el ejército español es una sucesión de episodios violentos y fuertemente traumáticos. El Fuerte de Ezkaba es uno de los referentes vivos en la memoria colectiva navarra. Las detenciones y encarcelamientos de insumisos hasta la supresión del servicio militar obligatorio son otro episodio grabado en nuestra memoria como una experiencia traumática pero al mismo tiempo una victoria popular. Si ya de por sí la propia Constitución española le brinda unas competencias que para nada responden a las necesidades de la ciudadanía navarra y que solo le generan problemas, el ejército las estira y moldea en función de sus propios intereses.
Pues bien, en fechas recientes hemos conocido que el Ministero de Defensa español ha presentado un proyecto de cierre por medio de una valla de 4.550 m en un terreno forestal situado en el monte Ezkaba (uniendo el campo de tiro del cuartel de Aizoain con el Fuerte de Ezkaba). El Ministerio de Defensa pretende ser propietario de dichos terrenos alegando una anterior expropiación y plantea como pretexto la ampliación de la zona de seguridad del campo de tiro del acuartelamiento de Aizoain, lo que conllevaría la apropiación de otras 52 Ha.
En primer lugar, queremos dejar claro que, contrariamente a lo que pretende el Ministerio de Defensa español, esos terrenos están registrados como comunales en el catastro del Concejo de Aizoain.
En segundo lugar, hemos de advertir del grave impacto que dicho proyecto supondría sobre la red de circulación de vehículos (emergencias contraincencios, guarderío forestal...), bicicletas y personas, así como sobre la movilidad de la fauna.
Asimismo, ese proyecto generaría también graves alteraciones en la red de senderos actual (incluida la GR 225 Fuga del Fuerte, declarada como Lugar de Memoria Histórica). Dicha red de senderos de Ezkaba en su sector suroccidental se vería seriamente alterada, comprometiendo gravemente el diseño general de la red itinerarios creada para articular y armonizar el espacio.
Igualmente, esa valla afectaría gravemente al proyecto del Parque Ezkaba, impulsado por 8 municipios colindantes y que ha contado con la colaboración de la Mancomunidad de Pamplona para la elaboración de un PSIS imprescindible para la creación de dicho parque. El documento de PSIS fue aprobado por el Gobierno de Navarra y se encuentra a día de hoy en fase de tramitación.
Paralelamente al impulso de ese PSIS, los municipios colindantes han tomado medidas urgentes de gestión del monte Ezkaba que han consistido en:
- Limpieza y mantenimiento. En estos momentos este espacio se mantiene limpio gracias a la labor de los municipios, las acciones de los voluntarios y por el correcto uso que hace la ciudadanía.
- Señalización y homologación de senderos de montaña y rutas BTT.
Las razones expuestas anteriormente son de por sí suficientes para expresar nuestro más absoluto rechazo a las pretensiones del Ministerio de Defensa, pero queremos añadir algunas reflexiones sobre su forma de actuar. El Ejército español sigue disfrutando de instalaciones, terrenos (principalmente comunales) y edificaciones a lo largo de Navarra que consideramos como “botín de guerra” obtenido en diversos conflictos y especialmente tras el alzamiento franquista de 1936. Esto es especialmente sangrante en el caso del Fuerte de Ezkaba por lo que representa y de los terrenos de la Sociedad Ciudadela (lo que se conoce como “las piscinas de los militares) en el parque de Antoniutti de Pamplona. No en vano se trata respectivamente de un referente de la memoria histórica en Navarra en un caso y en el otro de unas instalaciones de ocio privadas en el pulmón de Pamplona que suponen una ostentación de privilegios obtenidos en una conquista (y posterior trueque vergonzoso con un Ayuntamiento franquista).
Pues bien, lejos de abordar una devolución paulatina de ese botín expropiado a la sociedad navarra, el Ejército español sigue pensando que puede campar a sus anchas y hacer lo que bien le venga en gana. Prueba de ello es este proyecto, pero también la instalación construida en el campo de tiro de Aizoain recientemente y que no cuenta con ninguna autorización administrativa. Pedimos, por tanto, que esa construcción sea desmantelada.
Los cargos electos de EH Bildu aquí firmantes manifestamos nuestra firme defensa del monte Ezkaba como parque natural y nuestra rotunda oposición al proyecto del ministerio de defensa, y pensamos que dos criterios deben imperar en lo que respecta a estos u otros terrenos en uso o pretendidos por el Ejército español:
-el comunal no se toca.
-no es hora de nuevas expropiaciones sino de empezar la devolución del botín de guerra a la sociedad navarra.
Cargos electos firmantes:
Ander Oroz Casimiro
Raul Maiza Gonzalez
Alfredo Arruiz Sotés
Mikel Oteiza Iza
Koldo Ábrego Primo
Karmiñe Gil Sesma